sábado, 14 de noviembre de 2009





hoy no he sido nadie que quiera recordar.

Entre todo mi recuerdo inhabitado a veces me pierdo. A estas alturas, me lo podré permitir,
para serme sincera, me lo debo,
por parecer tan capulla a veces, tan insensible a las lágrimas ajenas.
¿y qué hay de las mías? Las mías? Siento eso del miedo ajeno. El que las ve sé que se quedará para siempre. y es demasiada responsabilidad.
prefiero camuflar mi incapaz peristencia personal en las notas, si están disponibles, LA y RE.

No creo que nunca llegue a la altura que requiere mi memoria, de momento ella sólo se apunta los días en los que me pinto los ojos. y coincide que esos son los días, según me enseñaron,

en los que más profundamente tienes algo que esconder.



1 comentario:

  1. y las lágrimas viajaron al mar pá encontrarse con las demás, a veces se juntan muchas (cuando el cielo también anda triste) pero otras veces las lágrimas se convierten en un rico y calentito chai, entonces eso tan escondido y a veces jodido se evapora entre las olas y vuelta a empezar :)

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